La teoría integradora de Farrington establece que las carreras delictivas juveniles se originan en cuatro etapas: motivación, métodos, creencias internalizadas y toma de decisiones. Los motivos de la delincuencia, como el deseo de bienes materiales y prestigio, se ven influenciados por factores sociales y familiares, especialmente en entornos desfavorecidos. Además, Walters presenta la teoría del estilo de vida criminal, que describe cómo las distorsiones cognitivas y patrones de comportamiento alimentan un estilo de vida antisocial y la tendencia a la irresponsabilidad en delincuentes crónicos.