El documento describe el periodo de reformismo dinástico en España entre 1902 y 1913, durante el reinado de Alfonso XIII. Se intentó modernizar el sistema político manteniendo el turno dinástico entre los partidos, lo que hizo imposible una reforma profunda y llevó al colapso del régimen. También se detalla la Semana Trágica de Barcelona en 1909, cuando protestas populares contra la guerra en Marruecos degeneraron en revueltas anticlericales y tuvieron que ser sofocadas por el ejército.