La crisis financiera en Ecuador se debió a factores externos como la crisis de las hipotecas subprime en EE.UU. y la caída del precio del petróleo, así como factores internos como la salida de depósitos bancarios y la reducción del crédito. El gobierno implementó medidas como obtener financiamiento del BID, obligar a la banca a capitalizar utilidades, y crear una red de seguridad bancaria a través de supervisión, fondos de liquidez y seguros de depósitos.