La ciudad de Cuenca, Ecuador, fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1999 y Capital Cultural de las Américas en 2001. Cuenca respira cultura a través de sus tradiciones agrícolas precolombinas, ruinas incas, y catedrales españolas. Estos honores han ayudado a preservar el patrimonio cultural de la ciudad y garantizar que futuras generaciones puedan admirar sus tesoros.