El documento describe la Puerta de la Diosa Ishtar, una de las ocho puertas monumentales de la antigua ciudad de Babilonia construida por el rey Nabucodonosor II en el siglo VI a.C. La puerta conducía al templo de Bel y estaba adornada con ladrillos azules que representaban dragones, toros y leones. Se consideraba una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo debido a su impresionante tamaño y decoración escultórica.