El documento analiza diferentes modelos educativos, destacando la transición hacia enfoques centrados en el estudiante que promueven el aprendizaje activo y el desarrollo de competencias. Se enfatiza la importancia del pensamiento crítico, la resolución de problemas y la responsabilidad del alumno en su propio proceso de aprendizaje. También se critican los modelos tradicionales que limitan la creatividad y la participación activa del estudiante.