Los derechos de tercera generación, conocidos como derechos de la solidaridad, surgieron en la década de 1960 y son colectivos, vinculados a la cooperación entre naciones y grupos. Incluyen derechos como la autodeterminación, la paz y un medio ambiente sano, todos pensados para beneficiar a la humanidad en su conjunto. A pesar de su importancia, estos derechos tienen menos respaldo jurídico y son más difíciles de concretar en la práctica.