El artículo aborda la necesidad de reformar el sistema de representación política en México, destacando la desconexión entre los partidos políticos y la sociedad actual. Se identifican cinco desafíos clave: transformar militantes en activistas, replantear la movilización política, adoptar una estructura organizativa horizontal, fomentar el debate con ideas creativas, y repensar la ritualidad política. Se concluye que la actual estructura no puede ser eficiente sin cambios significativos que restauren la confianza ciudadana y promuevan la innovación.