La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 marcó un hito en los derechos humanos al establecer normas internacionales fundamentales que los gobiernos se comprometen a respetar y promulgar en su legislación interna. Eleanor Roosevelt fue una figura clave en la aprobación de esta declaración, que sigue siendo la base de los tratados internacionales de derechos humanos.