El diagnóstico participativo es una herramienta que permite a las comunidades identificar y jerarquizar problemas, recursos y potencialidades locales con el fin de colaborar en la búsqueda de soluciones. Este proceso involucra la participación activa de los ciudadanos y se basa en técnicas cualitativas para recoger información sobre la realidad social, facilitando así la formulación de planes de acción efectivas. A través de diversas metodologías, se promueve la organización comunitaria y la participación ciudadana, fortaleciendo el desarrollo social y la planificación colectiva.