La diarrea aguda infecciosa, definida por la Organización Mundial de la Salud como tres o más deposiciones líquidas por día durante hasta 14 días, es una causa significativa de morbilidad y mortalidad en niños menores de cinco años, especialmente en áreas rurales y en contextos de saneamiento deficiente. La etiología se basa predominantemente en infecciones virales, seguidas de bacterianas y parasitarias, y se ve agravada por factores de riesgo ambientales y sociales. El tratamiento se centra en la rehidratación y la prevención de la desnutrición, con estrategias específicas según la severidad de los síntomas.