El documento propone una educación más humanista que se centre en el hombre. Actualmente, el discurso educativo es narcisista y pragmático, enfocado en el poder y el rendimiento. Se necesita una educación que transforme más que transmita, con objetivos de educar al hombre por el hombre y para el hombre. La conclusión es que la educación debe trabajar por una visión acorde a la naturaleza humana, basada en la pasión y el amor, no en la adoctrinación.