El documento describe los tres tipos de escuelas establecidas durante el Imperio Carolingio: 1) Escuelas Palatinas y Catedralicias para la nobleza, 2) Escuelas Conventuales para el clero, y 3) Escuelas Parroquiales para el pueblo, donde se les enseñaba a obedecer. La Iglesia Católica estaba a cargo de la educación y usaba la religión para difundir el dogmatismo y concientizar a la población sobre la obediencia y resignación.