Este cuento narra cómo la Locura propuso jugar al escondite a varios sentimientos y cualidades humanas. Mientras la Locura contaba, los demás se escondieron en diferentes lugares. Cuando terminó de contar, comenzó a buscarlos pero sólo no encontraba al Amor. Finalmente lo encontró escondido entre las rosas de un rosal, pero al mover las ramas lastimó los ojos del Amor con las espinas. Desde entonces, el Amor ha sido ciego y la Locura siempre lo acompaña.