La guerra civil siria se ha convertido en un conflicto de alcance internacional con la intervención de varias potencias extranjeras que apoyan a facciones opuestas. Han muerto entre 300.000 y 470.000 personas y más de la mitad de los sirios se han visto desplazados internamente o han huido del país como refugiados, lo que ha generado una grave crisis humanitaria.