El documento describe la evolución del cristianismo en Roma, comenzando con su origen a partir de las enseñanzas de Jesucristo y la creciente popularidad que tuvo, lo que llevó a la persecución de los cristianos por parte del Imperio Romano. A lo largo de los siglos, figuras como Constantino y Teodosio transformaron esta religión en parte del poder político, estableciendo el cristianismo como religión oficial y dando lugar a la formación de la Iglesia Católica. Finalmente, se menciona cómo esta nueva iglesia comenzó a perseguir a aquellos que se oponían a su autoridad, lo que llevó a la creación de diversas ramas del cristianismo que perduran hasta hoy.