El documento detalla la historia de Charles Darwin y su relevancia en la medicina homeopática, centrándose en su tratamiento por el Dr. James Manby Gully en 1849, que mejoró significativamente su salud tras años de enfermedad. A pesar de su escepticismo inicial hacia la homeopatía, Darwin experimentó mejoras notables, aunque nunca atribuyó públicamente su recuperación a estos tratamientos, dado el antagonismo de la comunidad médica de su tiempo. Este relato resalta la influencia de la homeopatía en la vida de Darwin y su desarrollo como científico, un aspecto que ha sido poco explorado en la historia de la ciencia.