El documento analiza la evolución del currículo educativo ante los cambios tecnológicos y la transición hacia una sociedad del conocimiento, destacando la necesidad de que las escuelas se conviertan en organizaciones que aprenden. Se presentan diversas concepciones y tendencias curriculares, así como la importancia de articular las prácticas educativas con el contexto social y cultural. Además, se enfatiza en la transformación del rol docente y en la necesidad de considerar la educación inclusiva y las competencias esenciales para preparar a los estudiantes para los desafíos del siglo XXI.