El documento discute la duración de la muerte y resurrección de Jesús, argumentando que no puede haber estado muerto solo el viernes y resucitado el domingo, basándose en similitudes con la historia de Jonás. Se menciona que la semana de la muerte y resurrección de Jesús tuvo dos sábados, lo que lleva a una reevaluación de las creencias tradicionales. Asimismo, enfatiza la importancia de consultar la Biblia para discernir la verdad y advertir sobre la influencia de enseñanzas erróneas en la iglesia.