El documento explora la naturaleza y función del Espíritu Santo, presentándolo como un agente de transformación interior en los seres humanos y un comunicador entre Dios y la humanidad. Se enfatiza su papel en la creación, el milagro y la vida nueva en Cristo, así como su relevancia en la vida de la Iglesia y la renovación espiritual. El Espíritu Santo es considerado el principio de vida, garantizando la tradición y actuando en la celebración de los sacramentos.