El libro de Philippe Lacoue-Labarthe y Jean-Luc Nancy analiza el elemento mítico en el nazismo, enfatizando su relación con la modernidad y la razón. Argumenta que el nacional-socialismo busca una 'venganza' contra la modernidad al intentar restaurar lo mítico y encontrar una identidad en ella, lo que lleva a la necesidad de una vigilancia frente a discursos contemporáneos que apelan al mito. Los autores advierten que la democracia debe reflexionar sobre su propia figura y evitar caer en identidades que buscan legitimar la exclusión y el exterminio de otros.