El Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México fue encargado originalmente por Porfirio Díaz en 1904 para reemplazar al Teatro Nacional, pero su construcción se retrasó por problemas económicos y políticos durante 30 años. Finalmente se terminó en 1934 bajo la dirección de Federico Mariscal adoptando un estilo Art Decó, y actualmente alberga presentaciones de arte, música y danza.