El sector lechero mundial es fundamental para el desarrollo sostenible, contribuyendo a la economía, nutrición y empleo en diversos países. Se prevé un aumento continuo en la producción y consumo de productos lácteos, pero también plantea desafíos ambientales como las emisiones de gases de efecto invernadero. La industria láctea es clave en la lucha contra la pobreza, la desnutrición y la promoción de la igualdad de género.