El documento describe al mate como más que una simple bebida en Argentina, sino como una costumbre social y cultural que une a personas de diferentes orígenes. Tomar mate fomenta la conversación y la compañía. Es una tradición compartida que simboliza valores como la hospitalidad, la sinceridad y el compañerismo. Tomar el primer mate solo marca el paso a la adultez para los jóvenes argentinos.