Un concilio ecuménico es una asamblea convocada por el papa para tomar decisiones que afectan a toda la cristiandad, siendo el Concilio Vaticano II el más reciente y notable, que tuvo lugar entre 1962 y 1965. La constitución 'Sacrosanctum Concilium', aprobada casi por unanimidad, establece objetivos para la reforma litúrgica y resalta la importancia de la liturgia en la vida de la iglesia, promoviendo la participación activa y consciente de los fieles. El documento enfatiza la liturgia como el lugar esencial de encuentro entre Dios y los hombres, conectando la tradición con la renovación espiritual de la comunidad católica.