La enfermedad inflamatoria intestinal incluye la enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa, cuyo diagnóstico y tratamiento se ven afectados por factores genéticos y ambientales. La incidencia de estas enfermedades ha aumentado en los países industrializados y se manifiestan a través de síntomas gastrointestinales, complicaciones extrainstinales y diversas alteraciones diagnósticas. El manejo se centra en controlar los síntomas, inducir remisiones y prevenir complicaciones, utilizando una combinación de terapias farmacológicas y, en algunos casos, cirugía.