El ensayo argumenta que el amor en la juventud actual es superficial y se basa principalmente en lo sexual, descuidando el romanticismo y el verdadero sentimiento detrás del amor. La autora critica cómo las relaciones se han vuelto una fuente de sufrimiento y falta de respeto, sugiriendo que los jóvenes deben aprender a valorarse a sí mismos y a sus familias, así como a la naturaleza. Además, enfatiza la importancia del amor genuino como clave para relaciones saludables y la necesidad de redefinir el amor más allá de lo material.