La carta iberoamericana destaca que el gobierno electrónico mejora la comunicación y los servicios en la administración pública, aunque enfrenta desafíos en la brecha digital entre diferentes poblaciones. A pesar de la concentración de servicios en áreas más favorecidas, la implementación del gobierno electrónico requiere liderazgo y normativa para adecuar las rígidas estructuras estatales a las necesidades de los ciudadanos. Además, es fundamental involucrar a los ciudadanos en el diseño de servicios públicos y promover la colaboración entre los sectores público y privado.