La situación de la mujer en Bolivia ha mejorado, pero la discriminación y el maltrato persisten, especialmente en áreas rurales debido a tradiciones culturales que fomentan la sumisión. A pesar de existir leyes que protegen los derechos de las mujeres, la implementación es deficiente y a menudo se encuentran limitadas por el miedo a denuncias y el patriarcado. La educación formal para mujeres sigue estando restringida, ya que muchas abandonan la escuela por razones económicas o expectativas familiares, aunque hay iniciativas de formación alternativa para empoderarlas.