Eratóstenes midió la circunferencia de la Tierra en el siglo III a.C. mediante un experimento en el que midió la longitud de las sombras creadas por un obelisco en Alejandría y Syene el mismo día del año. Calculó la distancia entre las dos ciudades y el ángulo creado por las sombras, lo que le permitió calcular la circunferencia de la Tierra con una precisión sorprendente.