La Escuela Nueva surge a finales del siglo XIX como una alternativa a la enseñanza tradicional que pone al niño en el centro del proceso de enseñanza-aprendizaje. Se basa en el desarrollo del niño a través de la experiencia, la libertad y la solidaridad en lugar del formalismo, la memorización y el autoritarismo. Usa métodos como el juego, la exploración y el trabajo con materiales para que los niños construyan su propio conocimiento a su ritmo individual.