La escultura del Renacimiento se caracterizó por la recuperación de la escultura clásica de la Antigüedad y la representación naturalista del cuerpo humano. Los principales escultores fueron Ghiberti, conocido por sus relieves en las Puertas del Baptisterio de Florencia; Della Quercia, que introdujo la técnica del tutto tondo; Donatello, reconocido por su expresividad; Luca Della Robbia, destacado por sus terracotas esmaltadas; y Verrocchio, maestro de Leonardo da Vinci