La escultura gótica se desarrolló en Europa Occidental entre los siglos XII y XV. Se caracterizó por figuras más expresivas que reflejaban sentimientos humanos. El Pórtico Real de la catedral de Chartres, de 1145, es el primer ejemplo y estableció modelos con estatuas esbeltas en las jambas. Otras obras notables incluyen las portadas de las catedrales de Reims y Amiens, con figuras independientes del marco, y las Vírgenes de Borgoña del siglo XIV.