A lo largo del siglo XIX, España vivió un proceso de construcción del estado liberal. Hubo primeros intentos durante la invasión napoleónica, pero fue cuando murió Fernando VII cuando se culminó la instauración del liberalismo. La constitución de 1812 y el trienio liberal sentaron las bases, pero hubo resistencia de los absolutistas. Finalmente, tras el reinado de Isabel II y la revolución de 1868, se estableció la monarquía constitucional con la restauración borbónica.