El documento analiza la situación actual del Estado de derecho y los derechos de los pueblos indígenas en Guatemala. Se argumenta que el país no vive bajo un verdadero Estado de derecho, sino bajo un modelo neoliberal autoritario que debilita las instituciones democráticas y los derechos. Asimismo, las empresas transnacionales operan con impunidad al margen de la ley, debilitando la autonomía de las comunidades indígenas y sometiéndolas a una "nueva conquista".