El documento compara las visiones filosóficas de Thomas Hobbes y Jean-Jacques Rousseau sobre el estado de naturaleza humana y la necesidad de la sociedad. Mientras Hobbes ve al hombre como egoísta y en constante conflicto, necesitando el orden impuesto por un gobierno absoluto, Rousseau cree que el hombre es bueno y sociable por naturaleza, siendo corrompido por las desigualdades de la sociedad moderna.