El estilo de vida se define como un conjunto de patrones de conducta aprendidos durante la socialización y que pueden cambiar según el contexto social. Este concepto, que tiene sus raíces en el siglo XIX, ha evolucionado con un enfoque en la salud y la prevención de enfermedades, incluyendo recientes estudios sobre la población infantil y juvenil. Además, se reconocen diversas dietas y hábitos saludables y se promueve la actividad física a través de programas específicos para mejorar el bienestar de la población.