El documento aborda la relación entre la resurrección de Jesús, el reino de Dios y la iglesia, destacando que la resurrección es esencial para la llegada del Espíritu Santo y la realización del reino. Se expone que la iglesia, a través de la obra del Espíritu Santo, anticipa las condiciones del reino eterno al incluir a todos los creyentes. La conclusión resalta que el reino de Dios es una manifestación de la gracia salvadora de Dios, permitiendo a los creyentes ser herederos a través de Jesucristo.