Las bacterias obtienen energía a través de procesos metabólicos como la fermentación y la respiración. La fermentación implica reacciones de oxidación-reducción entre compuestos orgánicos, mientras que la respiración involucra un aceptor final inorgánico como el oxígeno. Existen varios tipos de fermentación bacteriana como la homoláctica, heteroláctica y del ácido propiónico, las cuales difieren en los productos finales generados a partir de la degradación de la glucosa.