SlideShare una empresa de Scribd logo
"Oh sublime humildad, oh humilde
sublimidad: que el Señor del mundo y el
universo, Dios e Hijo de Dios, se humilla
hasta el punto de esconderse, para
nuestra salvación, bajo una pequeña
forma de pan!"
San Francisco de Asís
MI CIELO
1. Para poder soportar el destierro
de este valle de lágrimas,
de mi amado Salvador necesito la mirada.
Esa mirada divina, llena de amor, me revela
sus inefables encantos, anuncios de la dicha eterna.
Y mi Jesús me sonríe cuando por él suspiro,
y entonces ya no siento la prueba de la fe.
La mirada de mi Dios y su inefable sonrisa
¡son mi cielo para mí!
2. Mi cielo es atraer sobre las almas,
sobre mi Madre la Iglesia y mis hermanos,
las gracias de Jesús y sus divinas llamas
que abrasan y que alegran del hombre el corazón.
Todo puedo obtenerlo cuando, allá en lo secreto,
a mi divino Rey le hablo,
corazón a corazón.
Esta íntima oración cerquita del santuario
¡es mi cielo para mí!
3. Mi cielo está escondido en la pequeña hostia
en que Jesús, mi Esposo, se oculta por amor.
Y de este divino horno quiero sacar mi vida,
mi Salvador está en él y me escucha noche y día.
¡Oh dichosísimo instante, cuando en tu inmensa ternura
vienes a mí, Amado mío, para transformarme en ti!
Esta inefable embriaguez y esta unión de corazones
¡son mi cielo para mí!
4. Mi cielo es sentir en mí la semejanza de Dios,
que con un soplo potente a su imagen me creó.
Mi cielo es permanecer en su presencia divina,
y llamarla Padre mío, y ser y sentirme su hija.
En sus divinos brazos no temo la tormenta.
¡Es toda y mi sola ley el abandono completo
Dormitar sobre su pecho, muy cerquita de su cara
¡es mi cielo para mí!
5. Mi cielo yo lo he encontrado en la santa Trinidad,
que, prisionera de amor, habita en mi corazón.
Contemplando allí a mi Dios, yo le repito, sin miedo,
que quiero amarle y servirle hasta mi postrer aliento.
Es mi cielo sonreír a ese Dios al que adoro
cuando él se quiere esconder para probar mi fe.
Sonreír mientras espero a que él mi mire otra vez
¡es mi cielo para mí!
..
¿PUEDES VELAR UNA HORA CONMIGO?
CONMIGO?
Santa Teresita del Niño
Jesús, Teresa de Lisieux
Santa Teresita escribió
sobre su primera comunión:
“Qué dulce fue el primer
beso de Jesús a mi
alma...! Fue un beso de
amor. Me sentía amada y
decía a mi vez: «Te amo,
y me entrego a ti para
siempre»... Ni el precioso
vestido que María me
había comprado, ni todos
los regalos que había
recibido me llenaban el
corazón. Sólo Jesús podía
saciarme”
.“…Él se queda al partir el pan. Los discípulos dejan de
ver al Señor con el sentido de la vista, pero ya lo
vislumbran con los ojos de la fe. Los discípulos regresan
a la comunidad, este camino de regreso ya no es de
desaliento, sino de alegría y esperanza. El anuncio
pascual se hace vida. Jesús ha encontrado el modo de
permanecer para siempre en la comunidad que celebra
“pan partido para la vida de mundo”.
Cardenal Sturla, Delegado Papal
ante el V congreso Eucarístico de Bolivia. 21 de setiembre de 2015
Sugerencia para ayudarte a realizar tu Hora Santa
!” (Lc.24, 13-35)
El sol ya se escondía en el horizonte después de un día de mucho caminar desde
Jerusalén. Ya estábamos llegando cerca de Emaús, el pueblo adonde íbamos. Aquel
hombre que se había unido a nuestro caminar unos kilómetros atrás hizo ademán de
seguir adelante. Pero Cleofás y yo le ofrecimos que se quedara en el pueblo a pasar la
noche. Él no pareció muy convencido. Entonces fue cuando me di cuenta de que no
podíamos dejarlo ir. Lo miré a Cleofás y supe que a él le pasaba lo mismo, pero el
forastero ya se alejaba por el camino. Entonces, casi como si se escapara de mi boca, le
grité: “Quedate con nosotros” y para que no se notara mi desesperación, agregué
titubeando: “porque ya es tarde y el día se acaba”. Con el corazón detenido, esperaba su
respuesta. Él se dio vuelta y nos miró. Y qué alivio sentí cuando comenzó a acercarse; la
sonrisa se me escapaba de los labios.
El Hombre entró y se quedó con nosotros en la pequeña y oscura
casa que conseguimos para pasar la noche. No habíamos
comido mucho durante el día para poder caminar mejor y ya
teníamos hambre. Por eso decidimos compartir un pedazo de
pan que Cleofás traía en su alforja. Estando los tres sentados a
la mesa, tomó el pan que íbamos a comer y pronunció la
bendición; luego lo partió y nos lo dio. Entonces, como un
resplandor, vi todo claro: ¡el Maestro! Claro, si nuestro corazón
ardía en el camino de la misma manera que durante los viajes
que hacíamos por Galilea. Era Él, ¡era Jesús! Y lo reconocimos
justamente cuando se hizo Eucaristía.
El mismo Jesús que un día nos había llamado, Aquel por el que
habíamos decidido dejar todos nuestros sueños y proyectos
personales, Aquel ante el cual nos habíamos admirado por los
milagros que hacía y por la profundidad de sus enseñanzas, ese
mismo Jesús, estaba ahí, con nosotros; nos había venido a buscar, saliendo a nuestro
encuentro justamente cuando nos alejábamos de su Iglesia, decepcionados por la cruz.
Ese mismo Jesús está hoy ahí para cada uno de ustedes. No hay diferencias. Cuando
nosotros le pedimos que se quedara con nosotros, no sabíamos que se lo iba a tomar
tan en serio como para quedarse para siempre y todos los días. Pero, por ese misterio
que es la Eucaristía, ustedes tienen al mismo Jesús que cautivó mi corazón y el de los
apóstoles.
Por eso hoy los invito a que no se les pase de largo esta oportunidad única que tienen de
estar como grupo con el Señor; los invito a que frenen un ratito y se detengan a mirar su
Corazón. Jesús está haciendo maravillas, ¿se dan cuenta? Sus corazones están
ardiendo porque están con el Señor de la Vida, con el que creó esos corazones. Sus
corazones arden; sea que se den cuenta, como el Apóstol san Juan, o sea que no se
den cuenta, como Cleofás y yo. Sus corazones arden.
Y, ¿por qué arden? Arden ante tanto amor derramado por nuestro Dios que es Ternura;
arden al ver el cuidado de nuestro Buen Pastor que está realmente vivo en la Eucaristía.
Si nos cuesta ver que arden, los invito a que intenten abrir sus ojos ante tanto amor de
Dios. A que vayan recorriendo sus vidas, sus historias, y vayan escuchando lo que les
surja del corazón. Se van a ir dando cuenta de que sus corazones también arden.
Porque Jesús está enamorado de nosotros. No logramos darnos cuenta de cuánto nos
ama Dios, no nos alcanza la cabeza.
Y hay otra cosa que también les quiero compartir. Esa noche, cuando el Señor ya nos
había abierto los ojos y lo habíamos reconocido al partir el Pan, realmente creí en su
Resurrección. La verdad es que antes no podía creerlo. Ese viernes había pasado todo
tan rápido. El arresto del Maestro, la flagelación que vi con mis propios ojos, el camino al
Gólgota con la cruz. Ya ahí decidí alejarme. El final era evidente: la muerte. En ese
momento pensé que era mejor que fuera sólo la de Él y no también la nuestra. Y
después ese sábado y domingo interminables, tan vacíos. A pesar de lo que las mujeres
que estaban con nosotros habían dicho, yo no podía creerlo. Yo lo había visto morir.
Por eso me fui de Jerusalén y Cleofás se sumó a mi peregrinar. Por supuesto que
íbamos hablando de lo que había pasado, y lo hacíamos con una tristeza tan profunda,
con la decepción que inundaba nuestros corazones que vivían un enorme sinsentido.
Pero el consuelo llegó cuando Jesús se acercó y siguió caminando con nosotros.
Realmente nos calentó el corazón que ya teníamos
desentendidamente frío. Y se quedó con nosotros ese día.
Qué alegría y qué pleno se sentían nuestros corazones. Nos
mirábamos con Cleofás y no podíamos creerlo: ¡El Maestro
está Vivo! ¡Hay que decírselo a Pedro y a los demás! Pero
ya era de noche. Nos había llevado todo el día caminar
hasta aquí desde Jerusalén, y ahora teníamos que volver si
queríamos compartir esta maravillosa alegría.
Y, ¿por qué les cuento esto? Porque quizás a ustedes les
pase un poco lo mismo: ya tuvieron y tienen experiencia del
encuentro con el Señor resucitado. Ahora llega la parte de
salir a contárselo a otros; algunos por primera vez, otros
necesitando renovar el fervor. Lo cierto es que es ahí
justamente donde empiezan los “peros”: “pero ya es de
noche y es peligroso volver a Jerusalén”; “pero si yo ya
tengo esta alegría y estoy feliz así”; “pero”, “pero”… y más
“peros” que ustedes podrán ponerles nombre.
Hoy yo les quiero proponer que cambien el “pero” por el “porqué”. Salir a anunciar que
Jesús a los demás porque sin Él la vida es un desperdicio.
Salir a decirle a todos que Jesús está vivo porque es evidente que los apóstoles no
inventaron su resurrección; si la hubieran inventado, no hubieran dado su vida por eso y
nadie muere por un invento; no puede no ser verdad todo esto, porque uno puede
inventar algo para tener fama, poder, pero nadie da la vida por una fábula.
Salir porque Jesús nos dijo: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos.
Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan!
Yo los envío como a ovejas en medio de lobos” (Lc. 10,2). Porque Jesús “subió a un
monte y llamó a los que quiso, vinieron a Él y designó a doce para que le acompañaran y
para enviarlos a predicar” (Mc. 3,13). Porque “hemos recibido la sublime misión de
esparcir por todas partes la fragancia de Cristo” (cfr. 2Cor. 2,14).
Y sobre todo salgamos porque en nuestro corazón resuena como un eco la voz del
Maestro: “Yo sé bien a quienes he elegido”(Jn. 13,18).
Porque no es humildad creer que no somos dignos, sino reconocer que Cristo nos ha
elegido. Nos ha elegido para que seamos santos, no porque seamos mejores que los
demás, sino que nos ha elegido por su Misericordia, su Amor y su compasión por la
humanidad. Y es por esa Misericordia y Amor que el Señor quiere que lo hagamos
presente… tomado de http://vivirdelaeucaristia.blogspot.com.uy

Más contenido relacionado

PDF
FOLLETO MARZO 2016
PDF
FOLLETO FEBRERO 10
PDF
Folleto enero 2016
PDF
FOLLETO ABRIL 2016
PDF
Folleto agosto
PDF
Folleto junio
PDF
Folleto diciembre
PDF
Folleto julio
FOLLETO MARZO 2016
FOLLETO FEBRERO 10
Folleto enero 2016
FOLLETO ABRIL 2016
Folleto agosto
Folleto junio
Folleto diciembre
Folleto julio

La actualidad más candente (20)

PPS
San Pio De Pietrelcina
PDF
Vigilia octavo centenario del perdón de asís
PPT
Jesus y la misericordia pagola
PPTX
Misericordiae vultus - español
PPS
Enseanzas del papa francisco no.50
PDF
Folleto noviembre
PPT
Misericordia de Dios
PPTX
Misericordia power point
PPTX
Las Obras de Misericordia
DOCX
Novena al Padre Pío
PDF
Hora santa 2014
PPTX
El rostro de la misericordia
PPTX
Dios es compasivo y misericordioso
DOC
Domingo iv to ciclo b-
DOCX
Retiro del mes de julio
San Pio De Pietrelcina
Vigilia octavo centenario del perdón de asís
Jesus y la misericordia pagola
Misericordiae vultus - español
Enseanzas del papa francisco no.50
Folleto noviembre
Misericordia de Dios
Misericordia power point
Las Obras de Misericordia
Novena al Padre Pío
Hora santa 2014
El rostro de la misericordia
Dios es compasivo y misericordioso
Domingo iv to ciclo b-
Retiro del mes de julio
Publicidad

Similar a Folleto octubre (20)

PPTX
Oración joven
PPTX
Segunda hora Novena de Navidad
PPS
Enseñanzas del papa francisco no. 54
PPT
Santo rosario (misterios de gloria)
PDF
Numero 493 20042014 anþo10
PPS
III Domingo Pascua ciclo A
PPS
Enseñanzas del papa francisco no 4
PDF
Escribe hermano leon nº 109
PDF
Via Lucis Parroquia S Juan Bautista de Ureña
DOC
Domingoresurrección2013 blog
PPS
Domingo de Resurrección (2017)
PPS
Enseñanzas papa francisco no. 3
DOCX
MARIA, MUJER DE ESPERANZA... MARIA EN EL SABADO SANTO...
PDF
Tema # 4 aprender a gozar t triunfar con cristo y como l.
PDF
Tema # 4 aprender a gozar t triunfar con cristo y como l.
PDF
Boletín cofradía nº 10 navidad 14
PPS
Dom ascensión b
PPS
Pascua 3 a Emaús recuperar la esperanza 8-5-11
PPS
Pascua 3 a emaús recuperar la esperanza 8-5-11
Oración joven
Segunda hora Novena de Navidad
Enseñanzas del papa francisco no. 54
Santo rosario (misterios de gloria)
Numero 493 20042014 anþo10
III Domingo Pascua ciclo A
Enseñanzas del papa francisco no 4
Escribe hermano leon nº 109
Via Lucis Parroquia S Juan Bautista de Ureña
Domingoresurrección2013 blog
Domingo de Resurrección (2017)
Enseñanzas papa francisco no. 3
MARIA, MUJER DE ESPERANZA... MARIA EN EL SABADO SANTO...
Tema # 4 aprender a gozar t triunfar con cristo y como l.
Tema # 4 aprender a gozar t triunfar con cristo y como l.
Boletín cofradía nº 10 navidad 14
Dom ascensión b
Pascua 3 a Emaús recuperar la esperanza 8-5-11
Pascua 3 a emaús recuperar la esperanza 8-5-11
Publicidad

Más de mprincemma (14)

PDF
FOLLETO MAYO
PDF
Folleto setiembre
DOCX
Betty
DOCX
Premio nacional jóvenes creadores
DOC
Nómina 2007 2008
DOC
Nómina premiados 2007 2008
DOC
Nómina premiados 2007 2008
DOC
Premio pablo atchugarry primera edición
DOC
Rúbrica
DOC
Rúbrica examen
DOCX
Criterios evaluación blog
PPT
6 lenguaje de nuestra época 2010
PPT
Hacia Un Curriculum Para Desarrollar El Pensamiento
PPT
PLANIFICACIÓN
FOLLETO MAYO
Folleto setiembre
Betty
Premio nacional jóvenes creadores
Nómina 2007 2008
Nómina premiados 2007 2008
Nómina premiados 2007 2008
Premio pablo atchugarry primera edición
Rúbrica
Rúbrica examen
Criterios evaluación blog
6 lenguaje de nuestra época 2010
Hacia Un Curriculum Para Desarrollar El Pensamiento
PLANIFICACIÓN

Último (20)

PPTX
La venida del Señor Jesucristo por Israel Hernández.pptx
PDF
INSTRUCCIONES PLAN DE EVANG COMPART TU PAN(1).pdf
DOCX
cita biblica de la cataquesis en familia Juan Valer
PPTX
LAS COMUNIDADES APOSTÓLICAS.DESPUES DEL RESURRECCIÓN DE JESÚS pptx
DOCX
GUIA DEVOCIONAL DE ESTUDIO PARA HOY.docx
PPTX
PLATICAS BAUTISMALES DE PREPARACION PAPÁS Y PADRINOS
DOCX
GUIA DEVOCIONAL DE ESTUDIO PARA HOY.docx
PPTX
Salmo 1 Caminos Ministerio CED Parte 2.pptx
DOCX
Colocación y bendición de la primera piedra.docx
PPT
37_poder_y_peligro_de_la_lengua del cristianoppt
DOCX
GUIA DEVOCIONAL DE ESTUDIO PARA HOY.docx
PPTX
TEMA No. 1. INTRODUCIENDO LA BIBLIA, SEGUNDA JORNADA DE L PLAN VALDENSEpptx
PDF
Tomo I - II del libro de teología sistemática
PPTX
2. Interpetación de la profecía_052152.pptx
PDF
Restaura tu religión original (al cristianismo)
DOCX
Milagro eucarístico ocurrido durante la Misa celebrada por el obispo Claudio ...
PPTX
EL BUDISMO DEFINITIVO.pptx '''''''''''''
PDF
AFICHE PORTADA JORNADA DE LA BIBLIA COMPARTE TU PAN.pdf
PDF
TEMA No.2 LIBROS DE LA BIBLIA segunda jornada.pdf
PDF
Una pareja conforme al corazón de Dios.pdf
La venida del Señor Jesucristo por Israel Hernández.pptx
INSTRUCCIONES PLAN DE EVANG COMPART TU PAN(1).pdf
cita biblica de la cataquesis en familia Juan Valer
LAS COMUNIDADES APOSTÓLICAS.DESPUES DEL RESURRECCIÓN DE JESÚS pptx
GUIA DEVOCIONAL DE ESTUDIO PARA HOY.docx
PLATICAS BAUTISMALES DE PREPARACION PAPÁS Y PADRINOS
GUIA DEVOCIONAL DE ESTUDIO PARA HOY.docx
Salmo 1 Caminos Ministerio CED Parte 2.pptx
Colocación y bendición de la primera piedra.docx
37_poder_y_peligro_de_la_lengua del cristianoppt
GUIA DEVOCIONAL DE ESTUDIO PARA HOY.docx
TEMA No. 1. INTRODUCIENDO LA BIBLIA, SEGUNDA JORNADA DE L PLAN VALDENSEpptx
Tomo I - II del libro de teología sistemática
2. Interpetación de la profecía_052152.pptx
Restaura tu religión original (al cristianismo)
Milagro eucarístico ocurrido durante la Misa celebrada por el obispo Claudio ...
EL BUDISMO DEFINITIVO.pptx '''''''''''''
AFICHE PORTADA JORNADA DE LA BIBLIA COMPARTE TU PAN.pdf
TEMA No.2 LIBROS DE LA BIBLIA segunda jornada.pdf
Una pareja conforme al corazón de Dios.pdf

Folleto octubre

  • 1. "Oh sublime humildad, oh humilde sublimidad: que el Señor del mundo y el universo, Dios e Hijo de Dios, se humilla hasta el punto de esconderse, para nuestra salvación, bajo una pequeña forma de pan!" San Francisco de Asís MI CIELO 1. Para poder soportar el destierro de este valle de lágrimas, de mi amado Salvador necesito la mirada. Esa mirada divina, llena de amor, me revela sus inefables encantos, anuncios de la dicha eterna. Y mi Jesús me sonríe cuando por él suspiro, y entonces ya no siento la prueba de la fe. La mirada de mi Dios y su inefable sonrisa ¡son mi cielo para mí! 2. Mi cielo es atraer sobre las almas, sobre mi Madre la Iglesia y mis hermanos, las gracias de Jesús y sus divinas llamas que abrasan y que alegran del hombre el corazón. Todo puedo obtenerlo cuando, allá en lo secreto, a mi divino Rey le hablo, corazón a corazón. Esta íntima oración cerquita del santuario ¡es mi cielo para mí! 3. Mi cielo está escondido en la pequeña hostia en que Jesús, mi Esposo, se oculta por amor. Y de este divino horno quiero sacar mi vida, mi Salvador está en él y me escucha noche y día. ¡Oh dichosísimo instante, cuando en tu inmensa ternura vienes a mí, Amado mío, para transformarme en ti! Esta inefable embriaguez y esta unión de corazones ¡son mi cielo para mí! 4. Mi cielo es sentir en mí la semejanza de Dios, que con un soplo potente a su imagen me creó. Mi cielo es permanecer en su presencia divina, y llamarla Padre mío, y ser y sentirme su hija. En sus divinos brazos no temo la tormenta. ¡Es toda y mi sola ley el abandono completo Dormitar sobre su pecho, muy cerquita de su cara ¡es mi cielo para mí! 5. Mi cielo yo lo he encontrado en la santa Trinidad, que, prisionera de amor, habita en mi corazón. Contemplando allí a mi Dios, yo le repito, sin miedo, que quiero amarle y servirle hasta mi postrer aliento. Es mi cielo sonreír a ese Dios al que adoro cuando él se quiere esconder para probar mi fe. Sonreír mientras espero a que él mi mire otra vez ¡es mi cielo para mí! .. ¿PUEDES VELAR UNA HORA CONMIGO? CONMIGO? Santa Teresita del Niño Jesús, Teresa de Lisieux Santa Teresita escribió sobre su primera comunión: “Qué dulce fue el primer beso de Jesús a mi alma...! Fue un beso de amor. Me sentía amada y decía a mi vez: «Te amo, y me entrego a ti para siempre»... Ni el precioso vestido que María me había comprado, ni todos los regalos que había recibido me llenaban el corazón. Sólo Jesús podía saciarme” .“…Él se queda al partir el pan. Los discípulos dejan de ver al Señor con el sentido de la vista, pero ya lo vislumbran con los ojos de la fe. Los discípulos regresan a la comunidad, este camino de regreso ya no es de desaliento, sino de alegría y esperanza. El anuncio pascual se hace vida. Jesús ha encontrado el modo de permanecer para siempre en la comunidad que celebra “pan partido para la vida de mundo”. Cardenal Sturla, Delegado Papal ante el V congreso Eucarístico de Bolivia. 21 de setiembre de 2015 Sugerencia para ayudarte a realizar tu Hora Santa
  • 2. !” (Lc.24, 13-35) El sol ya se escondía en el horizonte después de un día de mucho caminar desde Jerusalén. Ya estábamos llegando cerca de Emaús, el pueblo adonde íbamos. Aquel hombre que se había unido a nuestro caminar unos kilómetros atrás hizo ademán de seguir adelante. Pero Cleofás y yo le ofrecimos que se quedara en el pueblo a pasar la noche. Él no pareció muy convencido. Entonces fue cuando me di cuenta de que no podíamos dejarlo ir. Lo miré a Cleofás y supe que a él le pasaba lo mismo, pero el forastero ya se alejaba por el camino. Entonces, casi como si se escapara de mi boca, le grité: “Quedate con nosotros” y para que no se notara mi desesperación, agregué titubeando: “porque ya es tarde y el día se acaba”. Con el corazón detenido, esperaba su respuesta. Él se dio vuelta y nos miró. Y qué alivio sentí cuando comenzó a acercarse; la sonrisa se me escapaba de los labios. El Hombre entró y se quedó con nosotros en la pequeña y oscura casa que conseguimos para pasar la noche. No habíamos comido mucho durante el día para poder caminar mejor y ya teníamos hambre. Por eso decidimos compartir un pedazo de pan que Cleofás traía en su alforja. Estando los tres sentados a la mesa, tomó el pan que íbamos a comer y pronunció la bendición; luego lo partió y nos lo dio. Entonces, como un resplandor, vi todo claro: ¡el Maestro! Claro, si nuestro corazón ardía en el camino de la misma manera que durante los viajes que hacíamos por Galilea. Era Él, ¡era Jesús! Y lo reconocimos justamente cuando se hizo Eucaristía. El mismo Jesús que un día nos había llamado, Aquel por el que habíamos decidido dejar todos nuestros sueños y proyectos personales, Aquel ante el cual nos habíamos admirado por los milagros que hacía y por la profundidad de sus enseñanzas, ese mismo Jesús, estaba ahí, con nosotros; nos había venido a buscar, saliendo a nuestro encuentro justamente cuando nos alejábamos de su Iglesia, decepcionados por la cruz. Ese mismo Jesús está hoy ahí para cada uno de ustedes. No hay diferencias. Cuando nosotros le pedimos que se quedara con nosotros, no sabíamos que se lo iba a tomar tan en serio como para quedarse para siempre y todos los días. Pero, por ese misterio que es la Eucaristía, ustedes tienen al mismo Jesús que cautivó mi corazón y el de los apóstoles. Por eso hoy los invito a que no se les pase de largo esta oportunidad única que tienen de estar como grupo con el Señor; los invito a que frenen un ratito y se detengan a mirar su Corazón. Jesús está haciendo maravillas, ¿se dan cuenta? Sus corazones están ardiendo porque están con el Señor de la Vida, con el que creó esos corazones. Sus corazones arden; sea que se den cuenta, como el Apóstol san Juan, o sea que no se den cuenta, como Cleofás y yo. Sus corazones arden. Y, ¿por qué arden? Arden ante tanto amor derramado por nuestro Dios que es Ternura; arden al ver el cuidado de nuestro Buen Pastor que está realmente vivo en la Eucaristía. Si nos cuesta ver que arden, los invito a que intenten abrir sus ojos ante tanto amor de Dios. A que vayan recorriendo sus vidas, sus historias, y vayan escuchando lo que les surja del corazón. Se van a ir dando cuenta de que sus corazones también arden. Porque Jesús está enamorado de nosotros. No logramos darnos cuenta de cuánto nos ama Dios, no nos alcanza la cabeza. Y hay otra cosa que también les quiero compartir. Esa noche, cuando el Señor ya nos había abierto los ojos y lo habíamos reconocido al partir el Pan, realmente creí en su Resurrección. La verdad es que antes no podía creerlo. Ese viernes había pasado todo tan rápido. El arresto del Maestro, la flagelación que vi con mis propios ojos, el camino al Gólgota con la cruz. Ya ahí decidí alejarme. El final era evidente: la muerte. En ese momento pensé que era mejor que fuera sólo la de Él y no también la nuestra. Y después ese sábado y domingo interminables, tan vacíos. A pesar de lo que las mujeres que estaban con nosotros habían dicho, yo no podía creerlo. Yo lo había visto morir. Por eso me fui de Jerusalén y Cleofás se sumó a mi peregrinar. Por supuesto que íbamos hablando de lo que había pasado, y lo hacíamos con una tristeza tan profunda, con la decepción que inundaba nuestros corazones que vivían un enorme sinsentido. Pero el consuelo llegó cuando Jesús se acercó y siguió caminando con nosotros. Realmente nos calentó el corazón que ya teníamos desentendidamente frío. Y se quedó con nosotros ese día. Qué alegría y qué pleno se sentían nuestros corazones. Nos mirábamos con Cleofás y no podíamos creerlo: ¡El Maestro está Vivo! ¡Hay que decírselo a Pedro y a los demás! Pero ya era de noche. Nos había llevado todo el día caminar hasta aquí desde Jerusalén, y ahora teníamos que volver si queríamos compartir esta maravillosa alegría. Y, ¿por qué les cuento esto? Porque quizás a ustedes les pase un poco lo mismo: ya tuvieron y tienen experiencia del encuentro con el Señor resucitado. Ahora llega la parte de salir a contárselo a otros; algunos por primera vez, otros necesitando renovar el fervor. Lo cierto es que es ahí justamente donde empiezan los “peros”: “pero ya es de noche y es peligroso volver a Jerusalén”; “pero si yo ya tengo esta alegría y estoy feliz así”; “pero”, “pero”… y más “peros” que ustedes podrán ponerles nombre. Hoy yo les quiero proponer que cambien el “pero” por el “porqué”. Salir a anunciar que Jesús a los demás porque sin Él la vida es un desperdicio. Salir a decirle a todos que Jesús está vivo porque es evidente que los apóstoles no inventaron su resurrección; si la hubieran inventado, no hubieran dado su vida por eso y nadie muere por un invento; no puede no ser verdad todo esto, porque uno puede inventar algo para tener fama, poder, pero nadie da la vida por una fábula. Salir porque Jesús nos dijo: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos” (Lc. 10,2). Porque Jesús “subió a un monte y llamó a los que quiso, vinieron a Él y designó a doce para que le acompañaran y para enviarlos a predicar” (Mc. 3,13). Porque “hemos recibido la sublime misión de esparcir por todas partes la fragancia de Cristo” (cfr. 2Cor. 2,14). Y sobre todo salgamos porque en nuestro corazón resuena como un eco la voz del Maestro: “Yo sé bien a quienes he elegido”(Jn. 13,18). Porque no es humildad creer que no somos dignos, sino reconocer que Cristo nos ha elegido. Nos ha elegido para que seamos santos, no porque seamos mejores que los demás, sino que nos ha elegido por su Misericordia, su Amor y su compasión por la humanidad. Y es por esa Misericordia y Amor que el Señor quiere que lo hagamos presente… tomado de http://vivirdelaeucaristia.blogspot.com.uy