San Francisco de Asís expresa admiración por la humildad de Dios al esconderse bajo la forma de pan para traer salvación. El autor encuentra su cielo en la mirada y sonrisa de Jesús que le revelan su amor, en atraer gracias sobre los demás a través de la oración, y en la presencia de Jesús escondido en la hostia durante la Eucaristía.