Este documento describe cómo la formación cívica y ética promueve el desarrollo social y personal al enseñar valores y derechos que fomentan una mejor convivencia en la sociedad. Explica que la formación cívica considera dos dimensiones: reconocer nuestros derechos y capacidad de participar en la sociedad, y asumir responsablemente nuestras acciones hacia los demás. También destaca la importancia de la diversidad cultural y de promover la no discriminación para lograr una paz y progreso compartidos.