El artículo explora la evolución de la formación en el puesto de trabajo, destacando la necesidad de abandonar modelos tradicionales de enseñanza y adoptar enfoques más flexibles y contextuales que respondan a las demandas laborales actuales. Se enfatiza la importancia del aprendizaje informal y la gestión del conocimiento como herramientas clave para fomentar la actualización de habilidades en un entorno laboral en constante cambio. Finalmente, se propone la figura del gestor de comunidad de práctica como un referente en el proceso de aprendizaje organizativo.