Freud, la religión y la secta maradoniana

Titulillo:Freud,lareligiónylasectamaradoniana 1
Taller Nº 3
Trabajo práctico 3 – Análisis de Medios de comunicación
Freud, la religión y la secta maradoniana
Ricardo Paulo Javier Arieu
Universidad Del Este
Mayo 27, 2017
Profesor César A. Román Laureano, M.A.
Psicología 222 – Psicología de Adolescentes

Freud,lareligiónylasecta maradoniana 2
Freud, la religión y la secta maradoniana
I) Introducción
No hay dudas que a través de los medios de comunicación, el adolescente de estos
tiempos es muy afectado. También lo es a través de las figuras emblemáticas. Muchos jóvenes
crecen necesitados de una identidad ejemplar con la cual identificarse y ante la posible falta de
ejemplos, aceptan modelos de dudosa legitimidad que los influencian psicológicamente.
También existen muchas sectas religiosas que operan desde el internet afectando a los
adolescentes que aún no tienen definido que es lo que creen o quiénes serán sus mentores. Estos
jóvenes aun no tienen maduro su capacidad de discernimiento crítico para defenderse de las
intenciones proselitistas de estos grupos.
En los últimos tiempos, sectas formadas en redes sociales “se han convertido en un
peligro para niños y adolescentes” (Rivas, 02-07-2017). Y son muchos los padres que
desconocen cómo alejar a sus hijos de estas influencias. Grupos anónimos de Facebook como
“Legión Holk” y "Secta 100tifika” han cobrado popularidad en los últimos tiempos en México.
Pero también es bastante conocido el caso de “La iglesia Maradoniana”, una agrupación sectaria
creada en la Republica Argentina, que opera desde hace algunas décadas y atrae de diversas
maneras a jóvenes y adolescentes. Ellos no dudan en utilizan la publicidad y el internet
(YouTube1, s.f.) para atraer adeptos a su grupo. Aunque algunos definen a la Iglesia
Maradoniana como un sincretismo del catolicismo en lugar de una religión propia, tiene
similitudes innegables con otras creencias principales, como su propio conjunto de
mandamientos y oraciones. Pero la iglesia de Maradona convierte al futbol en una religión
(YouTube2, s.f.). Según la iglesia de Maradona:

"El fútbol es la religión y, como todas las religiones, tiene un Dios. El Dios del fútbol es
argentino y su nombre es Diego Armando Maradona" (Iglesiamaradoniana, s.f.)
II. La religión Maradoniana.
a) Historia
Imagen n0
Ana Rosa Gonzales, columnista del diario argentino Hoy21.com, explica en un artículo
cuales fueron los comienzos de esta agrupación religiosa:
“La llamada religión D10S nació en el año 1998 un 30 de octubre, al parecer se inició
como una broma cuando dos hinchas argentinos de nombre Héctor Campomar y Hernán Amez
festejaron la Navidad el día en que nació el astro del fútbol argentino. A esta celebración se
sumaron un grupo de hinchas que a manera de broma empezaron a rendir culto a Maradona. Hoy
en día, lo que empezó como una broma ya reúne a más de 80 mil seguidores en un promedio de
60 países. Se dice que esta religión cuenta también con una oración, muy similar al padre
nuestro, con mandamientos, como el de amar a Diego y al fútbol sobre todas las cosas.”
(Gonzales, 09-09-2015)

b) Liturgia:
Imagen n2
También Gonzales explica cómo se desarrolla la liturgia de la secta religiosa que lleva el
nombre del astro del futbol argentino. Ella explica que “hasta se realizan ceremonias como
matrimonios y bautizos, en donde la imagen principal es la de Maradona y el símbolo un balón.”
(Gonzales, 09-09-2015). Además, esta periodista comenta quienes son algunos de sus seguidores
más famosos: “Entre los famosos que pertenecen a esta religión están Juan Román Riquelme,
Michael Owen y Ronaldinho.” (Gonzales, 09-09-2015). Y por último Gonzales (09-09-2015),
nos comenta cual sería para ellos la fecha de inicio de este mundo: “Para los seguidores de esta
secta, el mundo empezó con el nacimiento de Maradona”. Además de esto, cuenta con su propia
Biblia llamada «Yo soy el Diego de la gente». (Ole, 10-21-2002).
Y Guido Brunet, columnista del diario argentino conclusión, cita además cuales son las
obligaciones religiosas del nuevo miembro de la secta:
Luego del bautismo, el nuevo miembro adopta como segundo nombre Diego. Y se
compromete a cumplir los mandamientos del credo, entre ellos amar a Diego y al buen fútbol por
sobre todas las cosas. Formar parte de la religión implica también una responsabilidad, ya que si
no se tiene una vida “digna” muchos creyentes dicen que ‘Maradona te va a mandar a la B’. En

cambio, si se respetan los preceptos del culto ‘Él te va ayudar a ganar la intercontinental cada
año’ (Brunet, 06-22-2016).
III) Religión
A través de publicidad que ha recibido, su página web (iglesiamaradoninana,n.d.), que
por ahora esta desconectada del internet, y algunas notas publicitarias que le han realizado, esta
secta se ha expandido mucho en los últimos tiempos. El grupo se ha expandido a otros países
tales como España, Italia, Alemania, Reino Unido, Escocia, Japón, Afganistán, Perú, Brasil,
Chile, México, Uruguay y los Estados Unidos, entre muchos otros. En España, por ejemplo, se
cree que existen más de 9000 fieles. En 2015 la secta contaba con 500 000 seguidores de todo el
mundo. Lamentablemente, el secularismo, el desinterés de la gente por las iglesias históricas y la
falta de atención pastoral de estas organizaciones religiosas, han hecho que sectas como esta
abunden en los países latinoamericanos. Este grupo religioso de tipo sectario, producto del
folklore argentino y el misticismo característico del pueblo latino, ha sido duramente criticado.
Diego Maradona ha vivido muchos años de su vida, rodeado de excesos, conflictos y todo tipo de
polémicas sociales. Fue una persona atendida muchas veces por sus problemas con las drogas,
alguien que no es modelo de nada ni de nadie, ni menos aun es correcto que se le otorgue el
estatus de dios supremo o divinidad religiosa, característica solamente atribuible al Dios de la
Biblia, verdad documentada en las Escrituras ampliamente: “No hay solamente uno o dos pasajes
ambiguos que enseñan que hay un solo Dios, sino muchos pasajes que claramente declaran esta
verdad cardinal de la Biblia” (Irr, n.d.).
En muchas sociedades primitivas, el hombre adoptó divinidades benignas y malignas,
que representaban las fuerzas de la naturaleza, con las que tenía que congeniar para procurar

buenas cosechas. En su mayor parte, eran figuras femeninas (simbolizaban el misterio, la
fertilidad,…) con una clara relación con la sexualidad. Al crecer el nivel intelectual del hombre
(uso del fuego, invención de la rueda) se empezaron a crear leyes (reglas y normas), que
explicaban el porqué de muchos de los fenómenos de la naturaleza. Así, el hombre abandonó sus
primitivas supersticiones a medida que las ciencias consiguieron explicar lo antes
incomprensible. Posteriormente, el crecimiento de la religión judeo-cristiana representó el punto
más alto del desarrollo moral y espiritual del hombre. En los Diez Mandamientos del Antiguo
Testamento, se observan grandes avances en cuanto a las formulaciones legales que expresan
para gobernar la vida cotidiana (delincuencia, administración justicia, matrimonio, derecho a la
propiedad, etc.…). Paulatinamente, se fue imponiendo el monoteísmo a nivel mundial, el que
profesan en la actualidad más de 2.500 millones de creyentes en el mundo.
A través de la historia de todas las culturas (desde las primitivas historias del hombre de
las cavernas) y a lo largo de todas las civilizaciones (griegos, romanos, occidentales), la religión
ha tenido un papel preponderante. Y en todas las sociedades ha sido organizada de alguna
manera para satisfacer la necesidad universal humana de adoración al Creador. Esto destaca que
desde un punto de vista psicológico el rasgo más destacado de la religión es su universalidad.
Pero en la sociedad de nuestros días, han surgido diversos grupos para aprovecharse de la gran
necesidad religiosa. Es que nuestras sociedades se parecen a un gran supermercado, un Wal-Mart
espiritual posmoderno, donde todo tipo de ofertas tratan de satisfacer a todos los gustos, por más
raros o profanos que estos sean. A un costo espiritual bien bajo, light y sin un compromiso
profundo con la verdad. La lista de ofertas es grande y también lo es la cola de los clientes. Y
hasta los jugadores de futbol se transforman en divinidades.

Pero la falta de atención pastoral adecuada de las iglesias históricas, el agotamiento de los
modelos socioeconómicos actuales y la pobreza extrema de las masas, ha hecho que el fanatismo
religioso y la superstición se den la mano y se hayan aprovechado de la situación social
existente. Los más afectados por el auge de las sectas, son los pobres, los marginados, las
personas de orígenes humildes. También los niños y los adolescentes son víctimas de estos
grupos. Pienso que si evaluamos psicológicamente al "hombre de hoy", lo que observamos en el,
es como una fachada bien presentada, pero vacía de significado existencial. Esto convierte al ser
humano en una especie de catedral del Medioevo, pero sin los feligreses adentro. Solo se ven los
bancos vacios, algo que nos recuerda que hubo una época, cuando el nombre de Dios era
glorificado. Es el recuerdo de un lugar ameno al que ya nadie acude. Es que el hombre de hoy ya
ni siquiera tiene alma. Tan solo preocupaciones materialistas.
En el caso del surgimiento de la secta maradoniana, la mentalidad supersticiosa de
muchos latinos, se ha puesto de manifiesto al haber considerado como su divinidad al famoso
jugador de futbol argentino Diego Armando Maradona. Algunos de sus amigos cercanos e
hinchas deportivos, han creado una secta religiosa con su nombre: La religión Maradoniana. Esta
es una muestra más de la situación actual en las sociedades de hoy. Argentina no es la excepción
a la regla. El sectarismo es una opción atractiva para miles de adolescentes que no tienen su
identidad aun formada. Y muchos entran en estos grupos sin conocer los riesgos. Esther Cabezas
Gutiérrez, Psicóloga y coach, explica que son las sectas y cuales son algunos de sus peligros más
importantes:
“las sectas son grupos complejos, formados por una estructura jerárquica y piramidal,
lideradas por un gurú carismático que exige una devoción y dedicación de tipo explotadora

que suele acabar desembocando en daños de tipo emocional, social o económico sobre las
personas.”(Esther Cabezas Gutiérrez | Psicología y Mente, n.d.).
Nunca en la historia tantas personas han estado afectadas por este auge de las sectas. Es
que las sectas
“son organizaciones voluntarias, no conformada por masas sino por pequeños grupos con
fuertes lazos de solidaridad y relaciones muy horizontales. No suele contar con funcionarios del
culto profesionalizados, sino con trabajadores carismáticos que se sostienen más por la
convicción de haber sido elegidos por Dios que por una planilla de salarios. Indican que, en
contraste con la iglesia, en las sectas la división del trabajo es muy elemental, un pastor o
predicador carismático y un grupo relativamente pequeño de adeptos, todos en su conjunto
pueden tener una importante participación en el culto. Surge entre clases sociales populares y
carece de una teología propiamente dicha, teniendo en cambio una lista de pecados y
prohibiciones que desemboca en un sentido de rigor moralista” (Martínez & Abelino &
Samandú, 1986, p.47) y se presentan como “grupos muy frágiles en cuanto a su estabilidad, de
esa cuenta se les caracteriza también por tener una existencia precaria y estar siempre ante la
amenaza de extinción”(SEDAC,1995, p.30). Lamentablemente, aquellas personas que deciden
elegir una secta con la intención de satisfacer sus inquietudes espirituales, pueden llegar a
encontrarse en graves problemas o meterse en situaciones imprevisibles. Porque incluso sus
mentes pueden ser afectadas y correr peligro, debiendo soportar la presión psicológica de los
líderes de la secta, el feroz adoctrinamiento al que sus miembros serán sometidos o la estafa
económica.
III) Freud y la religión

Siempre que se habla de los orígenes del ateísmo en Occidente, se cita entre otros, al
austríaco Sigmund Freud. Mucho se ha hablado de la falta de religiosidad de este hombre, uno de
los padres de la Psicología Moderna y padre del Psicoanálisis. Es bien cierto que Freud fue ateo
confeso. Pero aun así, el experimentó siempre un gran interés por la temática religiosa. Su
testimonio es importante ya que el investigó profundamente la vida de los niños y propuso su
teoría del desarrollo de la niñez. Freud nació y se crio hasta los 4 años en la ciudad de Freiberg,
“una pequeña ciudad de unos cinco mil habitantes mayoritariamente católicos. Sólo el dos por
ciento eran protestantes y judíos“. Luego, su familia se trasladó a Viena por razones laborales.
Allí el asistió a la escuela, “donde fue instruido en Sagrada Escritura y en hebreo por el profesor
Hammerschlag, hombre por el que Freud sintió siempre un profundo cariño y respeto.”(Cruz,
2001, pp. 432-435)
Cruz (2001, pp. 432-435) explica los dos tipos de experiencias críticas hicieron germinar
en él su marcado carácter antirreligioso. Aunque de adulto Freud no fue practicante de la fe
cristiana, de niño, estuvo relacionado de manera cercano con la práctica de la religión. Tuvo que
vivir entre dos mundos religiosos: por un lado, un judaísmo profesado por sus padres; por otro
lado el catolicismo de la nación en la que creció:
a) La anciana niñera checa, le inculcó ideas católicas acerca de la bondad del cielo y los
horrores del infierno. Ella lo amenazaba de esta forma cuando Freud no se portaba bien. Y por
tener que ir obligado a la misa los domingos con su niñera, desarrolló una neurosis infantil, en
contra de las ceremonias y las doctrinas religiosas. Aunque según cita Del Col (1995), cuando
Sigmund regresaba de la misa contaba lo que había oído en las diversas iglesias sobre el "buen
Dios". Pero una vez la niñera fue sorprendida robando y fue sentenciada a prisión, lo que afectó
profundamente a Freud.

b) La segunda experiencia negativa fue el antisemitismo católico de esa época. Freud
creció siendo discriminado por ser judío tanto en la escuela primaria y en la universidad, por
parte de los "cristianos" antisemitas. Una mala experiencia cerca de los 12 años con un católico
que humilló a su padre, afectó su concepto personal de la religión.
Pero también las experiencias con su madre marcaron su vida religiosa. Aquellos que han
ahondado en la vida de este hombre, afirman que su madre judía era una persona creyente en el
Dios de la Biblia. Cruz (2001, pp. 432-435) explica que la madre intentó muchas veces
introducirlo en la fe judía, pero Freud creció sin creer en Dios ni en una existencia después de la
muerte. Y en su hogar materno, la lectura de este libro sagrado era un evento cotidiano. ¡Y
Sigmund Freud estaba familiarizado con ella! El mismo lo asegura en su Presentación
autobiográfica:
"Mi temprano ahondamiento en la historia bíblica apenas hube aprendido el arte de leer
tuvo, como lo advertí mucho después, un efecto duradero sobre la orientación de mi interés (
apetito de saber, pero dirigido antes a la condición humana que a los objetos naturales)" (Del
Col, 1995). Y en los escritos de Freud, llama la atención la cantidad de referencias bíblicas. Son
casi 400, con 86 citas del texto, de las que 22 corresponden al Nuevo Testamento (Domínguez
Morano, 1991).
Pero la actitud religiosa que Freud encontró en sus enfermos fue interpretada por él como
un símbolo encargado de apaciguar las angustias humanas. Según explican Polaino-Lorente
(1984), para Freud, la paternidad divina, no es lo primero, sino más bien una sustitución
necesaria del hombre angustiado. El desvalimiento del hombre, el estado indigente de su
naturaleza, fueron situados por el autor en la angustia originaria de la primera infancia. La

solución vendría por el lado de los padres que, con su amparo, además de aminorar tal angustia,
producirían en el hijo una cierta imagen de omnipotencia. Esas primeras frustraciones infantiles
no irían más allá del encuentro paterno-filial, en que se agotarían. De estas relaciones, Freud
hace derivar la idea de la paternidad de Dios. El niño crecido, que alcanza la edad adulta,
continúa necesitando esa imagen simbólica de paternidad y amparo: al no encontrarla en sus
padres naturales, por haberse eclipsado con el paso de los años, la hace reaparecer en el seno de
su fantasía, con el nombre de Dios.
Es conocido que Freud, oficialmente, mantenía una actitud antipática, agresiva contra
toda religiosidad. Es que el no ocultaba su cólera hacia las creencias religiosas. En un momento
de su historia, siendo inminente la publicación de su estudio ‘El porvenir de una ilusión’, Freud
le escribió una carta al pastor Pfister, psicoanalista y amigo suyo, diciéndole:
"Trata el folleto - fácil es adivinarlo- de mi actitud de total repulsa en materia de religión,
y está en todas las formas que se presenta, incluso las degradadas" (Plé, 1969, p. 133). Y en otro
momento, en una carta a M. Bonaparte (Abril de 1926), Freud afirmó que "a los nazis no los
temo. El enemigo es la religión y la iglesia Católica". "Me considero uno de los más peligrosos
enemigos de la religión, pero ellos ni siquiera parecen sospecharlo" (Jesús, 1992, p. 23).
Es que para Freud, la religión está imbuida de una actitud paranoica y está controlada por
un total delirio supersticioso. Acusó también a la religión de debilitar los valores de la vida y de
la inteligencia. Es que, según él, la religión prohíbe pensar y además se opone a los avances de la
ciencia, ya que le tiene miedo. Freud afirmó que: "Estamos convencidos de que es conveniente
dar totalmente de lado a la parte de verdad que pueda haber en la religión" (Plé, 1969, p. 138).

Pero José Juan Del Col, Presbítero sacerdote de la orden san Juan Bosco, Licenciado en
Psicología y Rector del Instituto Superior Juan XXIII (Bahía Blanca, Buenos Aires, Argentina),
opina que:
“el origen judío y la temprana iniciación a la Biblia dejaron una impronta indeleble en
toda la obra de Freud. Es sintomático que en el ocaso de su vida haya escrito el estudio Moisés y
la religión monoteísta, en la que proclama de entrada su pertenencia al pueblo judío, aunque
luego, más que defender, parece herir a los de su raza, sosteniendo que Moisés era egipcio y
murió asesinado por el pueblo al que sacó de Egipto” (Del Col,1995).
Estas críticas hacia la práctica de la religión cristiana, le atrajo la exhortación desde los
sectores eclesiásticos. Pero en Moisés y la religión monoteísta, se encuentra un pasaje donde el
autor confiesa envidiar a los que tienen fe y los pondera enfáticamente:
"¡Cuán envidiables aparecen ante nosotros, pobres de fe, aquellos investigadores
convencidos de que existe un ser supremo! Para este gran espíritu, el universo no esconde
problema alguno, porque él mismo ha creado todos sus dispositivos. ¡Cuán abarcadoras,
exhaustivas y definitivas son las doctrinas de los creyentes por comparación con los laboriosos,
mezquinos y fragmentarios intentos de explicación, lo máximo que nosotros podemos producir!
El espíritu divino, que es por otra parte el ideal de una perfecta ética, ha implantado en los seres
humanos la noticia de ese ideal y al mismo tiempo el esfuerzo por igualar su ser a su ideal.
Sienten de una manera inmediata lo que es alto y noble, y lo que es inferior y ordinario. Su vida
sensible se acomoda según la distancia a que estén del ideal en cada caso. Este les aporta elevada
satisfacción cuando se le aproximan, por así decir en el perihelio; y los castiga con un serio
displacer cuando, en el afelio, se le distancian. Así de simples y de inconmovibles están

establecidas todas las cosas" Pero a continuación expresa: "Solo nos cabe lamentar que ciertas
experiencias vitales y observaciones del mundo nos impidan aceptar la premisa de semejante ser
supremo" (Del Col, 1995).
Lamentablemente, las malas experiencias de Freud lo llevaron al rechazo de la fe judeo –
cristiana y a un ateísmo combativo. Pero no son los deseos de que Dios exista lo que garantiza la
existencia de Dios. La religión cristiana no es una religión de los buenos deseos (de deseos de
que Dios exista -todo lo anhelados que se quiera-), sino una religión de realidades, verificables
por la fe en Jesucristo (una fe que surge del compromiso entre el hombre que existe y Dios que
es) y el testimonio de la historia donde Dios obra.
Conclusión
El auge de las sectas no ha cesado. Son grupos que operan desde la clandestinidad
afectando a jóvenes y adultos. Muchas veces se valen de la publicidad para lograr sus objetivos
proselitistas. La religión maradoniana es una muestra más del anhelo del ser humano de
satisfacer esta necesidad religiosa que existe adentro de él. Quizás uno debería sentirse tentado a
citar a Carl Jung, quien si tuvo más inquietudes espirituales que Freud y fue hijo de un pastor
protestante. Pero es importante el testimonio de la infancia de Freud, porque podemos observar
que cuando la religión forma parte del entramado familiar, las influencias en la manera en que
los niños son criados son muchas y variadas. La ética, la religión, la política y los temas sociales
se hacen más interesantes a medida que el adolescente y el adulto son capaces de desarrollar un
enfoque más amplio de la experiencia. En el testimonio de Freud se observa como las malas
experiencias religiosas en su niñez y temprana juventud afectaron su concepto religioso

manteniéndolo de adulto alejado de toda práctica de fe, tanto judía como cristiana. Al igual que
Freud, quien desilusionado de la religión de su época, optó por el ateísmo, muchos otros caen en
las garras de líderes autoritarios o carismáticos que los convencerán de adherirse a su secta, sin
darse cuenta de los riesgos que corren.
Pero además de haber examinado el testimonio de la niñez de Freud, existe otro de los
aspectos que despierta interés social para citar la problemática de las sectas y es porque el DSM-
IV incluye un apéndice dedicado a problemas que pueden requerir la consulta del profesional de
la salud mental. Se trata de la categoría denominada "Problema religioso o espiritual", donde se
citan “el malestar relacionado con el cuestionamiento de la fe, con la conversión a otra religión,
con las dudas personales en cuestiones espirituales relacionadas o no con el culto religioso y con
la incorporación a sectas”(O'Ferrall & Crespo Linares & Gavira Fernández & Crespo Benítez,
02-17-2004). Como profesionales de la salud mental deberemos estar interiorizados de la
problemática religiosa y procurar dar respuestas sensatas y éticas a todos aquellos que sufren por
haber participado directa o indirectamente de una secta religiosa o están afectados de angustia
existencial y están necesitados de un sabio consejo profesional.

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