El Acuerdo Comercial Anti-Falsificación (ACTA) es un tratado negociado en secreto durante 4 años y firmado por varios países, incluyendo México y España, para establecer un marco legal contra la falsificación de productos con derechos de autor. El tratado ha sido criticado por grupos que creen que permite excesivo control sobre el intercambio de información en Internet y falta de supervisión democrática. Aunque apoyado por industrias creativas, el parlamento europeo rechazó el ACTA después de protestas públicas.