La función tiroidea experimenta cambios durante el embarazo que afectan los parámetros analíticos. Esto requiere interpretarlos de forma diferente a las no embarazadas para evitar diagnósticos erróneos. Algunas causas comunes de hipertiroidismo en el embarazo son la enfermedad de Graves y la tiroiditis gestacional transitoria. El tratamiento para la enfermedad de Graves incluye medicamentos antitiroideos que deben monitorearse para prevenir efectos en el feto.