1. H I P E R P L A S I A
P R O S T A T I C A
NOMBRE: Jhoselin Condori Vargas
GRUPO: C6
2. La próstata es el órgano masculino más
comúnmente afectado por neoplasias, tanto
benignas como malignas.
Según McNeal (1988), la próstata se divide en tres
zonas anatómicas:
Periférica (70% del volumen)
Central (25%) y de transición (5%).
Cada zona tiene diferentes conductos y es
afectada por distintos tipos de neoplasias.
La mayoría de los carcinomas prostáticos (60–
70%) se originan en la zona periférica, mientras
que la hiperplasia prostática benigna se desarrolla
principalmente en la zona de transición.
3. H I P E R P L A S I A
P R O S T Á T I C A
B E N I G N A
La hiperplasia prostática benigna (BPH) es el tumor
benigno más común en hombres y su frecuencia aumenta
con la edad.
Afecta al 20% de los hombres entre 41-50 años y a más
del 90% después de los 80.
Aunque no siempre presenta síntomas, la obstrucción
urinaria relacionada con la edad es frecuente.
Se cree que hay factores genéticos y posiblemente raciales
involucrados, con un riesgo cuatro veces mayor en
familiares masculinos de pacientes afectados.
Incidencia y epidemiología
4. La hiperplasia prostática benigna (BPH) se
considera multifactorial y con control endocrino.
Tanto el tejido estromal como el epitelial de la
próstata pueden contribuir al desarrollo de
nódulos y síntomas.
Estudios muestran que las hormonas sexuales,
especialmente la testosterona y los estrógenos,
juegan un papel clave, y la castración puede
revertir la BPH. Además, factores genéticos y la
actividad de la enzima 5α-reductasa también
parecen influir en su desarrollo.
Etiologia
5. La BPH se origina en la zona de transición de la próstata y
consiste en un crecimiento nodular causado por el aumento
de células estromales y epiteliales.
Según el tipo de tejido predominante (músculo liso, epitelio
o colágeno), la respuesta al tratamiento varía.
Los a-bloqueadores funcionan mejor en casos con más
músculo liso, y los inhibidores de la 5a-reductasa en los de
predominio epitelial, aunque no siempre es posible predecir
la eficacia del tratamiento. El crecimiento de los nódulos
comprime otras zonas prostáticas, formando una cápsula
quirúrgica útil en procedimientos quirúrgicos.
La fisiopatología de la BPH se relaciona con la
obstrucción prostática (mecánica y dinámica) y la
respuesta de la vejiga.
La obstrucción mecánica ocurre por el crecimiento
prostático que estrecha la uretra; la dinámica se debe al
tono muscular del estroma, regulado por el sistema
nervioso.
Esto explica la variabilidad de los síntomas, la vejiga
responde con hipertrofia del músculo detrusor y
depósito de colágeno, lo que puede llevar a una función
vesical reducida y a la formación de divertículos si no se
trata.
Patologia
Fisiopatologia
6. D A T O S C L I N I C O S
Sintomas
Se dividen en obstructivos
(como chorro débil, dificultad
para iniciar la micción y goteo
posmiccional) e irritativos
(como polaquiuria, urgencia y
nocturia).
El cuestionario IPSS es la
herramienta principal para
evaluar la severidad de estos
síntomas, clasificándolos
como leves, moderados o
graves. También se
recomienda una evaluación
clínica completa para
descartar otras causas
urinarias no relacionadas con
la próstata.
Datos de laboratorio
En la evaluación de BPH se
recomienda realizar un
examen de orina y medir la
creatinina sérica para
descartar infección,
hematuria y evaluar la
función renal.
En algunos casos, puede
haber insuficiencia renal, lo
que aumenta el riesgo
quirúrgico.
El PSA sérico es opcional pero
comúnmente utilizado,
aunque sus niveles pueden
superponerse entre BPH y
cáncer de próstata, lo que
genera controversia sobre su
utilidad diagnóstica.
Signos
En pacientes con BPH se debe
realizar una exploración física,
tacto rectal (DRE) y evaluación
neurológica.
La próstata agrandada por
BPH suele sentirse lisa, suave
y elástica.
Sin embargo, la consistencia
dura o la induración pueden
indicar cáncer, lo que
requiere estudios adicionales
como PSA, ecografía
transrectal y biopsia.
Imagenologia
La imagenología de las vías
urinarias se indica solo si
hay complicaciones por BPH
o enfermedades asociadas,
como hematuria,
infecciones, insuficiencia
renal o antecedentes de
cálculos. La ecografía
transrectal (TRUS) se utiliza
para medir con precisión el
tamaño prostático en
pacientes candidatos a
cirugía.
7. No se realiza de forma rutinaria en
casos de BPH, pero puede ser útil para
elegir el tipo de cirugía o detectar otras
causas de obstrucción urinaria.
Es obligatoria si hay hematuria, para
descartar enfermedades de la vejiga.
C I S T O S C O P I A
Las pruebas adicionales como el flujo urinario, orina
residual y estudios de presión-flujo son opcionales.
Las pruebas urodinámicas más complejas, como la
cistometrografía, se reservan para casos con
sospecha de enfermedad neurológica o cuando el
tratamiento quirúrgico no ha sido efectivo.
P R U E B A S
A D I C I O N A L E S
8. El diagnóstico diferencial de la BPH incluye otras
causas de obstrucción urinaria como;
Estenosis uretral
Cálculos vesicales
Cáncer de próstata o vejiga
Infecciones urinarias.
También deben considerarse trastornos neurológicos
si hay antecedentes de enfermedades como diabetes
o lesiones medulares, especialmente si hay
alteraciones sensoriales o del control esfinteriano.
El tratamiento de la BPH depende de la gravedad de los
síntomas.
Para síntomas leves (IPSS 0–7), se recomienda
vigilancia sin intervención.
En casos graves con complicaciones como retención
urinaria persistente, infecciones recurrentes,
hematuria, cálculos, insuficiencia renal o grandes
divertículos, está indicada la cirugía.
Los pacientes deben tomar decisiones informadas junto a
su médico, considerando eficacia y efectos secundarios
de cada opción.
Diagnostico diferencial
Tratamiento
9. Espera atenta
Es una opción válida para hombres con síntomas
leves de BPH, ya que la progresión no es
inevitable y algunos mejoran espontáneamente.
Aunque hay pocos estudios sobre su historia
natural, se ha observado que el riesgo de
complicaciones como la retención urinaria es
bajo.
También puede considerarse en casos
moderados si el paciente lo prefiere, aunque no
hay lineamientos claros sobre el seguimiento.
10. Tratamiento médico
α-bloqueadores:
Son medicamentos usados para tratar la BPH, ya
que relajan el músculo liso de la próstata y el
cuello vesical, mejorando los síntomas urinarios.
Existen a-bloqueadores no selectivos y
selectivos, siendo los más modernos los que
actúan específicamente sobre los receptores en
la próstata, con menos efectos secundarios
cardiovasculares.
Medicamentos como tamsulosina, alfuzosina y
silodosina son ejemplos de estos. Aunque
pueden causar efectos como mareo o
eyaculación retrógrada, su eficacia y seguridad
han sido comprobadas en estudios clínicos.
11. Inhibidores de la 5α-reductasa:
Los inhibidores de la 5α-reductasa, como la
finasterida y la dutasterida, reducen el tamaño de
la próstata al bloquear la conversión de
testosterona en DHT, mejorando los síntomas de
la BPH, especialmente en próstatas grandes (>40
cm³).
Su efecto máximo se alcanza tras seis meses de
tratamiento.
Ambos fármacos son eficaces y seguros, aunque
pueden causar efectos secundarios como
disminución de la libido, disfunción eréctil y
ginecomastia.
La dutasterida inhibe más isoenzimas que la
finasterida y podría tener una leve ventaja en
reducir retención urinaria y necesidad de
cirugía.
12. Tratamiento combinado:
El tratamiento combinado con a-bloqueadores e
inhibidores de la 5a-reductasa ha demostrado
ser más efectivo que cada uno por separado para
reducir la progresión clínica de la HBP,
especialmente en pacientes con próstatas
grandes y PSA elevado.
Estudios mostraron mejoras significativas en
síntomas y reducción de complicaciones como
retención urinaria e infecciones.
Fitoterapia:
La fitoterapia, especialmente con saw palmetto,
ha sido popular en el tratamiento de la HBP, pero
estudios clínicos han demostrado que no ofrece
beneficios superiores al placebo en la mejoría de
síntomas ni en la velocidad del chorro urinario.
13. T R A T A M I E N T O Q U I R U R G I C O
Resección
transuretral de la
próstata (TURP)
Es un tratamiento eficaz y
duradero para la HBP, aunque
con más riesgos y estancia
hospitalaria que opciones
mínimamente invasivas;
puede causar efectos
secundarios como
eyaculación retrógrada y,
raramente, síndrome de TUR.
La vaporización
transuretral de la
próstata
es una técnica menos invasiva
que la TURP, con menos
sangrado y riesgo de
perforación, pero puede
causar más irritación urinaria
y sus efectos son menos
duraderos.
Incisión transuretral
de la prostata
La incisión transuretral de la
próstata es una opción menos
invasiva que la TURP para
hombres con próstata
pequeña y síntomas
moderados a graves; ofrece
buenos resultados con menor
riesgo de eyaculación
retrógrada.
Prostatectomía
simple
Se usa para próstatas muy
grandes (>100 g) y puede
realizarse por vía suprapúbica
(a través de la vejiga) o
retropúbica (sin abrir la vejiga);
permite extirpar el adenoma
manualmente y es útil cuando
hay patología vesical asociada.
La enucleación con
láser de holmio
(HOLEP)
elimina la próstata desde un
plano anatómico profundo,
ofrece un resultado más
duradero y un defecto mayor
que otros métodos, pero es
más técnica y requiere mayor
experiencia.
Ermoterapia
transuretral con
microondas
Técnica no invasiva que usa
calor para reducir el tejido
prostático; se realiza en
consultorio, pero tiene
resultados variables y menor
evidencia comparativa frente a
TURP.