Los genes de histocompatibilidad, localizados en un único cromosoma, codifican antígenos que determinan la aceptación o rechazo de tejidos trasplantados. Se organizan en clases I, II y III, siendo las clases I y II cruciales para el proceso inmunológico al identificar células propias y extrañas. Las células presentadoras de antígenos expresan CMH clase II y desencadenan respuestas inmunológicas contra organismos extraños.