La celebración de Halloween se originó a partir de la festividad celta de Samhain, la cual marcaba el final del verano y el inicio del invierno. Los celtas creían que en esta fecha los espíritus de los muertos regresaban a visitar el mundo de los vivos. Cuando llegó el cristianismo, esta tradición pagana se fusionó con las festividades de Todos los Santos y los Fieles Difuntos. Más tarde, con la inmigración irlandesa a Estados Unidos, la tradición de Halloween se extendió al continente americano