El documento resume los factores que llevaron al imperialismo europeo en el siglo XIX, incluyendo factores demográficos, económicos e ideológicos. Los principales factores económicos fueron la necesidad de nuevos mercados y recursos. Ideológicamente, los europeos defendieron su superioridad racial. Las principales potencias imperialistas fueron el Reino Unido, Francia, Portugal, España y Alemania. Las colonias podían ser de explotación, poblamiento o protectorados.