América Latina se enfrenta a altos niveles de desigualdad y violencia, dificultando el aprovechamiento del bono demográfico y requiriendo respuestas adecuadas ante la inseguridad, que incluye diversos factores como la debilidad institucional y el crimen organizado. Las políticas recientes han sido inefectivas, y la violencia sigue impactando severamente a los jóvenes, en especial en Salvador, donde las tasas de homicidio son alarmantes. Se sugiere implementar un enfoque integral y colaborativo para mejorar la seguridad y enfrentar las causas subyacentes de la violencia.